martes, 10 de septiembre de 2013

Extractos sin terminar. Lineas de Leandro.


«... Cuando llega el momento quieres aniquilarla. Sales a algún lado y lo mismo. El día huele igual que ayer e igual que hace una semana. Diferente lugar, sin embargo la misma gente. Las mismas expresiones y hasta las mismas pláticas. Diferentes perspectivas pero iguales sentimientos. Igual aburrimiento.
Luego finges, tontamente, para ver si de esa manera uno mismo se logra engañar... pero no. Claro que no. Uno siempre lo sabe.
    Empeora cuando te das cuenta que lo único que puedes hacer es ir lento. Cuando te das cuenta que esa es tu única posibilidad de variar algo. Como el músico que dobla el tiempo de sus acordes en la monótona sinfonía de su canción mal hecha.

    El reloj marcaba las siete horas con treinta minutos, había llegado la hora de ir a casa, como todos los días. Sin embargo, no lo hice. Tome otro camino.

Luego sonreí. Me habia sentido libre, más no lo era. La ironia siempre es graciosa. Sabia que mañana tendria que regresar al comienzo. Luego, segui sonriendo.»