Decir Buenos Días a las 4 de la mañana cuando no has dormido nada suena un tanto irónico, sin embargo, es lo correcto. Porque, en otra perspectiva, decir Buenas Noches suena apropiado pero es incorrecto.
Luego, te detienes a pensar en que para hacer una paradoja se necesitan dos cosas: una asimilación de la lógica y algo que la desafié. Y, que para esto, basta con tomar un elemento y observarlo con ingeniosas dosis de criterio y así determinar dos o más enfoques que estén cercanos a una verdad y que ademas se contradigan.
Después, trasladas ese entusiasta, irónico y paradójico pensamiento a un escenario sociológico y lo miras bajo la sentenciosa lupa filosófica. Las ideas son ocupadas, en primera instancia, por el Ser inerte y precavido. Aquel quién razona que ante obviedades; cualquier ciego es necio. El que considera que en toda aventura en el que se consagre una meta como su misión ultima es condenada al camino de la locura. La obsesión lleva al descontrol y es esta misma perdida la que coquetea con el sinsentido de la realidad.
El reloj mueve sus manecillas indicando que el tiempo ha avanzado. A las 7 de la mañana, aun sin dormir, todos esperan un Buenos Días aunque, tú, anhelando el letargo, esperes un Buenas Noches y por fin comenzar con el pequeño descanso mortal diario.
Desvías tu atención y te centras en un hecho practico; los locos se atreven y esto conduce a vencer.., los que no ya han perdido. Lleno de confianza aquel incomprendido al que llaman loco empuña la espada de su voluntad y, alejado del miedo, se lanza al vacío para enfrentar de cerca su destino. Quiere encarar al demonio de la insatisfacción para mirarle directo a los ojos e intimidarlo con su optimismo, asustarle con su infinita e inalterable sed de triunfo.
El vaivén de ideas llega de regreso a la anterior posición y meditas en la sola idea de que en la abstención abnegada de la búsqueda empeñada de un sentido se encuentra el verdadero sentido. Porqué, después de todo ¿luego que hay más allá?. El infinito no solo se encuentra dentro, sino también fuera. Donde es valido imaginar al inerte como el aventurero de su propio si y el atrevido como un mediocre condenado a sus propios deseos compulsivos. Aquel osado Ser se encontraba cegado por el seguimiento de una deslumbrante verdad no existente, concentrándose en el camino de esa visión, ignora la posibilidad de que la verdad no se encuentra embarcándose al mar de la deriva, sino disfrutando de él. Que lo hermoso de viajar no es llegar al destino final para permanecer por fin, si no el continuar viajando para disfrutar del trayecto.
Buenas noches y buenos dias.
