sábado, 5 de abril de 2014

Saliendo de la madriguera



3:1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
3:2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
3:3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, SABIENDO EL BIEN Y EL MAL. 
Génesis

Ante la ausencia de un elemento; un reemplazante llega casi al instante.

Un Hombre consiente de su propia conciencia, suele pensar fuera del sistema. Y, al admirar como un ente externo al sistema que lo contiene suele ponerlo en un papel de superioridad. Sintiéndose el principal influyente de aquello que contempla.  ¿Es válido para el hombre gris reemplazar  por sí mismo el papel de su “Dios” al creerse dueño de su existencia?

A sabiendas de que el hombre gris (conocedor del blanco y el negro),  no posee fes que lo distraigan de todo pensamiento totalmente lógico, es válido pensar que la respuesta es sí.
Sin embargo, hay algo oculto en el proceso que el aspirante a gris no este asimilando. Quizá “la serpiente” este diciendo la verdad. O quizá este mintiéndonos. “Humanamente” es imposible saber, antes de elegir una opción, cual es la verdadera. A esta incertidumbre se le asocia el nombre de fe. Que irónicamente, el Hombre Gris, busca ignorar.

Se concluye, una vez más, la imposibilidad humana de llegar a ser Gris.  La utopía creada por el necio pensamiento del hombre de darle sentido a un sinsentido puede llevarlo a la destrucción del ente máximo en su sistema. Llegando a la plenitud de su conciencia así como también a la inconsciencia de una fe automáticamente reconocida. Ya que al elegir el camino del gris, se está aceptando por ende el consejo de la serpiente y con esto la paradoja que conlleva mezclar contrarios conceptos.
Aunque “la serpiente” estuviera en lo cierto, el hombre ha aceptado esa fe y por lo tanto no puede ser gris.
Un  hombre solo puede aspirar a ser nulo. Es como el enfermo que acepta su locura como ideal, ¿estará en lo cierto o no?.
Una vez nulo, el gris aparecerá o no.

Qué disparate. Lancemos una moneda para decidirnos de una vez.

De toda destrucción nace el anhelo del gris
Una pintura de Nicola Samori.