La repetición es importante porque sirve para el remate de un chiste, para marcar el ritmo de una canción o simplemente para por fin entender, y superar, un error presente.
La repetición es importante, porque de no ser por ella la vida tendría un sentido lineal y simple. Nos sentiríamos embaucados en un rio del que desconoceríamos su cauce. Con nula garantía de la familiaridad temeríamos de la abrumadora incertidumbre en la sorpresa. La expectativa de lo nuevo podría destruirnos.
La repetición es importante por ser conocida y cálida. Porque puede hospedarnos en una suerte déjà vu y con ello dotarnos de un sentido superior o mágico.
La repetición es importante porque sin ella no existiría el giro ni tendría sentido el concepto de infinito. El tiempo tendría otra concepción. Los recuerdos tendrían otro sabor del que no podríamos disfrutar.
La repetición es importante porque sin ella no existirían las coincidencias. La ironía seria estéril. Desconoceríamos los patrones y la recursividad. Las figuras geométricas serian todas irregulares y no habría potencias exponenciales en los números.
La repetición es importante porque nos permite reincidir, volver, repasar, frecuentar o reiterar. No conoceríamos las palabras semejanza, mismo o igualdad.
La repetición es importante porque sin ella diríamos adiós a la estética con su simetría. No habría espejos. Sería imposible tener un favorito de cualquier cosa. Nos perderíamos de los mándalas y fractales.
La repetición es importante.
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